martes, abril 26, 2011

Recuérdame

Y por favor, créeme cuando te digo lo que siento y lo que no siento, cuando te diga cualquier cosa. Créeme y hazme caso cuando te lo digo, porque lo hago sinceramente. Por que te quiero como a nada y por que te amo como a todo. Cómo a todo unido en un sólo cuerpo y hecho tú.

Por que te recuerdo cada vez que veo mi pared, cada vez que veo tu sonrisa difuminada entre el corcho, vacío. Por que te hago feliz con una sola sonrisa, con un solo abrazo, con un solo beso.

Recuérdame, ahora tú, cuando mires a tu pared, a tus fotos. Cuando pases por cualquier puerta y te recuerde a la mía. Cuando le sonrías a cualquier otro, y cuándo beses a cualquier otro.
Recuérdame...

lunes, abril 25, 2011

Ella seguía esperándole como una ilusa, sabía que no vendría. Pero necesitaba esperarle; sentir lo que se siente al desear un beso o un abrazo. Ese sentimiento es largo y permanece, nunca cambia.

Él seguía esperándola. Esperaba que viniera. Esperaba una parte de su corazón que se había llevado hace mucho tiempo.

miércoles, abril 20, 2011

¿Sabes qué?

Tenía las luces apagadas y ya me había cubierto el cuerpo con la sábana hace 20 minutos. Estaba pensando continuamente en ti y me has hecho despertar. ¿Para qué? Para escribir...
Espero que sea verdad lo que te he dicho, que estés durmiendo y soñando ya...

Yo solo sueño en que sea 21 de diciembre de nuevo. En volver a sentir eso; estar 5 minutos sin hacer nada antes de que vengas, esperando tu llamada a la puerta y al escucharla que se acelerase el corazón el doble de lo que ya estaba. Quiero volver a sentir lo mismo, un 22 de diciembre, durante 10 minutos más.
Quiero volver a sentir lo mismo un 14 de enero. Llegar a las 3 a casa con una venda en mis costillas y estar esperando impaciente a que lleguen las cinco. Limpiarme como pueda y oler bien, saber bien, estar bien. Quiero desear que vengas sola y quiero volver a desear un sí de respuesta...

Malas horas de escritura, mala inspiración.
Lo siento, te amo.

lunes, abril 18, 2011




Llegué al final del camino y catorce prados se extendieron a mi frente. Ahí a lo lejos se mostraba una casa, tímida y pequeña. Caminé, me caí, y me levanté en muchas ocasiones durante 2 meses. Estaba cansado, pero seguía. Quería llegar ahí.

Un hombre alto y fuerte me abrió la puerta. Me quedé atónito. Lo conocía. Vestía de negro y hablaba inglés. Intenté recordar esos años de Bachillerato inservibles.

¿Qué haces aquí? —Me preguntó con una voz lenta y desgastada por los años—. Creía que nunca aparecerías. Ya había perdido la esperanza de verte, ¿te has perdido? —Me estaba esperando—.

Con un disimulado ademán me hizo entrar a su oscuro laberinto. Dí mis últimos pasos hasta lo que parecía su salón encerrado por una bóveda cubierta de telarañas. Me ofreció sentarme en su sillón turquesa apagado y él se quedó de pie, mirando su viejo y único cuadro.

—¿Dónde has estado?
—¿Por qué vistes así, qué haces aquí?
Sigues viviendo en el pasado, parece. No avanzas. Los recuerdos se han apoderado de ti —dijo apoyándose en mí—. Ella sigue y tú te quedas.
—¿Quien es ella?
—La mujer del retrato —dijo señalando el cuadro—. Es tu esposa, pero está en otro tiempo, en el futuro. No la recuerdas porque dejó de existir cuando te quedaste perdido en tus pensamientos —poco a poco fui reconociéndola y las imágenes del pasado se marchaban—.
—Dejé de amarla en cuanto se marchó, y no supe nada más de ella.
—Nunca dejas de querer a alguien que has amado por mucho que te lo propongas. Las marcas, las huellas, el frío que una persona deja cuando se va siempre se queda —continuó despacio.

Tubimos una breve pausa con un largo silencio.

—La hora de la lluvia —dijo—.

En ese momento me fijé en que no tenía ningún reloj, ni en la muñeca, ni en la habitación.

—¿Cómo sabes qué hora es? Ni siquiera tienes un reloj. ¿Cómo sabes que lloverá?
—¿Reloj? ¿Para qué? El tiempo hace tiempo que me dejó solo. Mi cerebro vive en un circulo cerrado, en una burbuja infinita. El tiempo fluye pero nunca pasa. Siempre llueve cuando creo que lloverá.

El cielo empezó a oscurecer y empezó a llover. En ese momento, recordé el nombre de ese rostro, ella se llamaba Nayrim.

domingo, abril 17, 2011

Tendrás todo lo que quieras. Actualizaciones de blog, mimos, cartas, abrazos, besos, lo tendrás todo. Tendrás todo lo que me pidas, tendrás regalos, sonrisas, fotos, todo lo que quieras.
Estoy dispuesto a regalarte mi cuerpo, regalarte mis labios, regalarte cada día rosas y cada noche catorce abrazos. Tres alegrías por cada lágrima y mil lágrimas por cada enfado. Por cada enfado 2 besos y por cada beso un texto.

No te gustará, no me gusta. No te gustas pero me gustas, no me gusto pero te gusto. Tu gusto alimenta mis labios cada día y una vuelta diciendo "Cariiiii" es lo ideal para un susto. Que sepas, que contigo me siento AGUSTO.

2 meses sin ti y 14 y más contigo. Van a ser largos, muy largos; pero vale mucho la pena la espera. Lo suficiente para estar esperando toda una vida. Vale la pena esperar toda una vida para estar un segundo a tu lado. Eres enorme. Eres mi vida.
Siento tener que escribir tan mal a estas horas...

viernes, abril 15, 2011

Me despedí de ti con un nudo en la garganta sabiendo que nunca más volvería a estar tan cerca de ti.

lunes, abril 04, 2011

Tenía tantas cosas que ya no sabía ni lo que perdía. Las luces se apagaron y lo mío seguía ahí, pero no encontraba la manera de acceder a aquello. El espacio invadía lo que tenía y poco a poco me fui quedando a solas. Tan poco tenía y tanto fue el dolor al perderlo; jamás imaginé tanta fuerza desoladora…